Antes de conocer mejor la historia del desarrollo de Internet, situaba su aparición a mediados/fines de la década del 90. En esos años, mi papá compró su primera computadora y “a veces” –porque era caro- se conectaba a Internet. Yo tenía 7 años (podría decirse que nací en el límite entre inmigrante digital y nativa) cuando él me abrió mi primera casilla de mail. Desde entonces no pude estar sin una computadora y, poco después, esa computadora ya no me “servía” para nada si no tenía conexión a la Red. Para conectarme, iba a los Cibers (como Jhoan) a ver los mails, jugar online y chatear.
Para el año, 2003, tenía Internet pero no banda ancha, y “sólo” podía conectarme a la noche porque era más barato. Dado que esta conexión impedía el uso del teléfono, convencí a mi mamá para que pusiera banda ancha. Desde entonces no me desconecté más!
Actualmente utilizo Internet todo el día: para buscar información de todo tipo (facultad-investigación vida cotidiana), redes sociales y chatas para comunicarme con amigos y familia, compartir información o “stalkear” gente, lo uso para comprar y vender cosas, para hacer trámites y transferencias, para entretenimiento (miro todas las series que andan dando vuelta en Torrent), para ubicarme, y para estudiar y hacer cursos. Hace años que no tengo TV, si quiero verla uso Internet. Por supuesto, lo uso para trabajar, tanto en Protección de Datos como en empleos freelance de redacción web o posicionamiento web.
Utilizo Internet en mi casa, tengo WiFi –no se de cuantos megas porque siempre mienten – y me pongo de muy mal humor si anda lento. Tengo Internet en el celular (ahora 4g) y en el trabajo y en la facultad.
Sin dudas Internet cambio mi forma de acceder la información, al conocimiento y al entretenimiento y, también, de relacionarme con el mundo.
No puedo vivir sin Internet (pero puedo tomarme vacaciones y desconectarme… tan mal no estoy che!)